lunes, 30 de enero de 2017

EL SOBREPESO

        El sobrepeso u obesidad se definen como una acumulación excesiva de grasa en el cuerpo. Es un problema médico importante con graves implicaciones para la salud. El excesivo aumento de peso puede afectar gravemente a la calidad de vida del perro, generar otras enfermedades y reducir la esperanza de vida del animal. El tratamiento consiste en la adaptación de la dieta, la introducción de cambios de hábitos y una terapia médica.


       En el animal de compañía el aumento de peso se debe a un desequilibrio entre la ingesta y el consumo energéticos (calóricos), casi siempre a causa de un consumo excesivo de alimento unido a una cantidad insuficiente de ejercicio (vida urbana). Los hábitos alimentarios y de conducta pueden contribuir a la obesidad: alimentación "a demanda", número de comidas, sobras de la mesa, “premios” porque el animal lo pide, comida adicional que le dan otros miembros de la familia, dieta rica en grasas o en energía, alimento para perros barato y de mala calidad. Otros posibles factores predisponentes son:

-    Raza (factores genéticos). Con frecuencia afecta a las siguientes: retrievers (labrador, golden), beagle, basset hound, cócker spaniel, teckel ("perro salchicha"), collie, pastor alemán y terrier.
-       Esterilización: los perros esterilizados tienen más probabilidades de ser obesos.
-       Edad: es más probable que la obesidad afecte a los perros de más de 4 años.
-       Enfermedades subyacentes, como las endocrinas (cushing, hipotiroidismo) o las que limitan la actividad física (artrosis, afecciones respiratorias y/o cardiovasculares).
-   Medicamentos. La progesterona, los corticoides y los anticonvulsivantes pueden provocar polifagia.

     El exceso de grasa puede interferir con el funcionamiento normal de los órganos internos derivando en problemas de salud. Pueden reducir su esperanza y calidad de vida. La obesidad va acompañada de un mayor riesgo de padecer enfermedades graves y agrava las preexistentes

-          Problemas articulares: (cojera, rotura de ligamentos de rodilla, hernias discales, artrosis…)
-          Enfermedades cardiacas: el corazón tiene que trabajar más y se deteriora antes, además de aumentar los triglicéridos, colesterol y la probabilidad de trombosis y cardiopatías.
-          Enfermedades respiratorias: (Dificultad respiratoria)
-          Enfermedades en la piel: perdida de pelo, mal aspecto
-          Diabetes
-          Aumentan el riesgo anestésico
-          Aumenta la probabilidad de padecer cáncer
-          Disminuye el sistema inmunitario: y mayor probabilidad de coger infecciones.


         Es esencial controlar sistemáticamente el peso y el índice de condición corporal de los animales que son llevados a la consulta para la vacunación o una revisión general, a fin de comprobar que no están ganando más peso del normal.

        El tratamiento tradicional contra la obesidad consiste en el control de la dieta (dieta específica baja en grasa y cantidades adecuadas de alimento) y el ejercicio. Actualmente, un programa de control de la obesidad se basa en los siguientes pasos:

-      Evaluación médica global del perro que permita diagnosticar la magnitud de su sobrepeso u obesidad, diagnóstico y tratamiento de cualquier enfermedad concomitante (p. ej., endocrinopatía, artrosis)
-      Elaboración de un plan de pérdida de peso con control de la dieta y programa de ejercicios.
-      Aplicar cambios en el estilo de vida del animal, ya que ello ayudará a evitar recidivas. Estos cambios están destinados a incrementar el gasto energético (p. ej., aumentar el nivel de actividad física, introducir sesiones de juego periódicas),
-    Cambios del patrón alimenticio (p. ej., medición y registro exactos del consumo diario de alimentos, evitar las comidas adicionales descontroladas).



     En los programas basados en la dieta no se recomienda utilizar un alimento estándar de mantenimiento y restringir simplemente la cantidad, porque en la mayoría de los casos solo conseguimos que el animal pase hambre y no pierda peso. Por ello se recomienda utilizar una dieta formulada a propósito para perder peso.

        Sin embargo, los programas de pérdida de peso que sólo se basen en el control de la dieta y en una mayor cantidad de ejercicio pueden ser difíciles de aplicar para los propietarios y de controlar adecuadamente para el veterinario. De hecho, los propietarios se enfrentan a un perro que pide comida, al que no le gusta la dieta, al que otras personas dan de comer y que tiene dificultades para hacer ejercicio. La frustración del dueño al no obtener resultados también puede provocar la falta de satisfacción con el tratamiento y de motivación para continuar.


      Por ello, en la mayoría de los casos, la visita al veterinario para control de peso y medidas, conlleva a un mejor control y mayor implicación por parte del dueño. Es decir, igual que pasa en las persona, todos sabemos más o menos los errores que cometemos, pero necesitamos la ayuda de un profesional para recordarlo, enseñarnos y concienciarnos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario